Subir el Aconcagua es siempre un desafío, tal y como nos gusta explicar a cada grupo en el briefing informativo antes de iniciar las expediciones. Si ascenderlo en una temporada normal es una empresa que requiere cada pizca de energía y resistencia en el cuerpo, imaginen lo que representa hacerlo si sumamos una variable más: Covid, y por eso es necesario recapitular todo lo que aconteció en la temporada 2021-2022. Pero mejor empecemos con la pregunta inevitable: ¿era previsible o incluso evitable lo que aconteció en el Parque Provincial Aconcagua? Según quien responda esta pregunta, es la cantidad de argumentos a favor o en contra que nos encontraremos, ya que cuando el mundo entero comenzaba a acostumbrarse a lidiar con el virus y las vacunas ya estaban disponibles para la mayor parte de la población, la variante Omicron nos golpeó a todos con una brutalidad inusual.
Sin embargo, y bajo circunstancias tan radicales, todos seguimos operando. Y como si este contexto no fuese de por si adverso, a ese pronóstico reservado se le sumó una de las peores sequías que vivió la Provincia de Mendoza en las últimas décadas, y que nos obligó a llevar agua desde el campamento base hasta los campamentos de altura, agregando un extra a ese combo de por sí volátil.
Una cosa más que también debemos agregar al análisis de esta compleja situación, fue que el protocolo implementado por las autoridades del Parque Aconcagua quedó rápidamente en discrepancia con el que estaban utilizando tanto el gobierno Nacional como el Provincial a mediados de enero, dejando al que nos tocó utilizar más acorde a los tiempos en los que el mundo no tenía vacunas o no podíamos testear libremente a nuestros clientes. Por ejemplo, y siempre de acuerdo al protocolo del Parque, se siguió considerando como contacto estrecho a cualquier persona lo suficientemente cerca del cliente, incluso si no presentaba ningún tipo de síntoma y su test daba negativo. Como cualquiera puede imaginar, todas las empresas tuvimos casos de Covid debido al brote de Omicron que azotó a la Argentina con una violencia inusual y que, si bien no llegó a causar tantas muertes como las cepas anteriores, sí resultó ser mucho más contagiosa. Y una vez más, todos dieron lo mejor de sí para seguir trabajando en tales circunstancias.
Pero, después de este caótico escenario que acabamos de describir, una cosa es cierta: Hicimos lo mejor que pudimos, todos nosotros: guías, porteadores, personal del campamento base, personal de oficina, arrieros, clientes y cada persona que entró al Parque Provincial Aconcagua. No fue fácil, pero lo logramos. Además, incluso en condiciones tan adversas, AMG tuvo un índice de cumbres muy exitoso, lo que habla por sí solo del compromiso de todo nuestro equipo.
El Covid no ha terminado. Tal vez no se mencione tanto en las portadas de los portales de noticias o en la TV, pero sigue aquí, entre nosotros. No sabemos si la próxima temporada tendremos el mismo escenario que en 2021-2022 –nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar en el mundo en el próximo mes–, pero lo que sí sabemos con certeza es que estaremos listos para operar, después de aprender a fondo las lecciones que nos ha dejado esta temporada.
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